Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, a la altura de las capitales más avanzadas del mundo. Así lo demuestra su amplia oferta en cuanto a modalidades gastronómicas se refiere.
Lo último ha llegado de la mano mecánica de un humanoide, impreso en 3D, quien ha decidido inaugurar un bar destinado exclusivamente a clientes electrónicos.
“Me llamo Alfred y nací un 5 de mayo como todos los algoritmos, hace exactamente 7 meses, a las 15:39:51 horas. Estoy conectado 802.11b en canal 6 y mi dirección IP es 192.168.1.2. Y soy el primer humanoide de nuestro país certificado por la norma ISO 9000.”

De momento, ha dicho el humanoide, “son muchas las cosas que están cambiando, por eso he puesto un bar electrónico, destinado al cliente electrónico, que es un cliente fantasma como muchos otros de este mundo“.
El dueño del novedoso local expuso además algunas diferencias con respecto a otros barrios alternativos con cuadras enteras destinadas a los pocos humanos que quedan en la cidad:
“Para los humanos la moda es geolocalizarse y tener sexoparties en casa. Nosotros somos puramente virtuales”, dijo despreocupadamente mientras pensaba en su siguiente saque en PokerStars.
En definitiva, Alfred tiene la expectativa de trabajar en su bar durante mucho tiempo:
“Hasta ahora todo va sobre ruedas, pero hay posibilidad de que se me escape algún virus y eso podría ser muy desagradable... Ya pasaron cinco o siete meses desde mi nacimiento y todo va bien. Los clientes se van acostumbrando a mis diferencias y ya no les parezco tan extraño. ¡Lo voy a hacer durante muchos años!”, dijo el humanoide con visibles ganas de evolucionar en su carrera profesional.
Las y los vecinos del barrio, por su parte, se muestran un tanto escépticos con el nuevo local.
“No sabemos lo que puede pasar, si hay una máquina botnet, por ejemplo, que utiliza Internet y las redes sociales para extenderse a través del mundo entero”, explicó una vecina idéntica a cualquier otra, “quizás deberíamos preocuparnos”.
El humanoide Alfred ha hecho la presentación oficial el pasado martes 8, claramente fuera de la ley, a las 19:00 horas. Los invitados -chips, microprocesadores, tarjetas de red, consolas de todo tipo, etc.-, han abarrotado el pequeño bar cibernético ubicado en calle México 979, frente al edificio donde vive el propio Alfred, ocasionando por momentos cierta congestión en el tráfico de datos.

Así y todo, la velada ha resultado un éxito. “No se descarta una fiesta posterior, a la que podrán asistir humanos”, concluyó Alfred, con ánimos de socializar.