Nuevo libro de Olgo Perez

Olgo Perez Jürgen es máster chef con posgrado en pastelería sárdica y además filósofo y férreo discípulo del Indio Dolari.

Entrevista exclusiva para mondiwebo

Rosco: En su último libro, donde reflexiona sobre la situación actual, plantea una serie de paralelismos entre distintos postres, ideas filosóficas y coronavirus… ¿Podría comentar algo al respecto?

Olgo: El pathos del ethos universal del ego o del alterego siempre o, mejor dicho, en algún momento, ya sea del día o de la noche, tiene hambre. Si es frutívero, vegano o cárnico, da igual. Pensemos en el John Lenon pie, por ejemplo. Si la base no contiene los ingredientes adecuados, la melodía, digamos, cuidadosamente orquestada y en las proporciones justas, nada de lo que quede por encima va a poder sustentarse como es bebido. Lo mismo sucede con la vida sárdica. El capitalismo, el imperialismo y el istmo de Vizcaya se enfrentan al mismo dilema: crema o dulce de leche. A partir de esta premisa me propuse desafiar el sistema de la lógica causal y de la logística, entendida como una rama del marketing, para proponer una idea completamente descabellada, es decir, pelada. Eso vende mucho, hoy día. Y por esta razón sin sazón espero sentado que compren mi libro.

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Olgo Perez Jürgen cocinando algo

Rosco: Entiendo, claro, por otro lado su formación combina teorías culinarias ancestrales con una mirada crítica y contestataria que proviene del palo del rock nacional ¿cómo se produce ese encuentro?

Olgo: Mi vida ha estado signada por la influencia de mi tío Pepe Biondi, un antiguo devoto del asado dominguero y soldado de la tribu de los Redondos, fue él quien me inculcó un caldo de cultivo por el bardo, el pogo y la cerveza artesanal. Si le sumamos a esto 2 x 4 y le restamos la herencia culinaria que me llega por parte de mi abuela materna, pues, tenemos la semilla feminizada de esto en lo que me he convertido. Pero más allá de las anécdotas familiares, que reconozco que son las que me impulsaron a construir mi propio casino, tuve la suerte de formarme en la doctrina filosófica del Indio Dolari, gracias a una beca doctoral de tiempo completo otorgada por la reconocida fundación del Dr. en Cs. Totales Fernandin Karpatoninóstanes.
De otra forma no habría podido costearme los cursos, ni las fotocopias, que valían una fortuna hasta para un jeque qatarí.

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Estatua de Olgo en Viena

Rosco: Comienza a publicar desde muy joven, aunque es recién ahora cuando sus libros llegan al gran público ¿A qué cree que se debe este cambio?

Olgo: La teoría de la relativización, los rizomas culturales, las hojas del bambú, el té de coco drilo, son todas manifestaciones metafóricas, metonímicas y al mismo tiempo metafísicas. Las ideas que encarnan los grandes seres humanos, los gigantes como este humilde servidor online, son como las levaduras que uno inocula en la masa de un pastel de cucumelos. Requieren condiciones atmosféricas adecuadas y sobre todo tiempo de fructificación hasta que la masa, léase primordios societales, sea capaz de aceptar los cambios… las modificaciones… Pero para ello hace falta perderle el miedo al vacío al horno.

Rosco: Dale, gracias.

Mi abuelo tuvo el primer alambique de Minneapolis. Eran otros tiempos. Yo suelo beber aguardiente pero debo comprarla en un centro comercial, a precio de mercado, como cualquier hijo de vecino. Así están las cosas. Ya no hay privilegios para los blancos… qué se le va a hacer. Escribo para www.mondowebo.com desde que tengo memoria, hace...bueno no me acuerdo. Espero que les interesen todas mis notas. Dejen sus likes, me hacen sentir más joven.

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