Cansado de estar recluido en su loft a causa de la cuarentena, un prestigioso CEO en Austin, Texas, tomó una decisión desesperada: intercambiar su vivienda con la de un homeless. Dejando atrás diversos lujos, como el jacuzzi, el frigobar, y el pelabananas eléctrico (regalo de su madre), Arvin Peterson, un exitoso empresario inmobiliario, cedió su esplendoroso loft a un homeless y se fue a vivir abajo de un puente, entre cajas y jeringas usadas.

¨No es lo mismo¨ advierte Petersen en Instagram, ¨pero ahora puedo ver el amanecer y respirar aire fresco cuando me plazca¨.
Mientras tanto el homeless, que dice llamarse ¨John, o Robert, no me acuerdo¨, está más que happy con el trueque:
¨Cambiar la cerveza barata y las colillas usadas por vodka genuino y puros cubanos es más de lo que uno espera en esta triste, aciaga vida¨.

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